El esperado regreso de In Flames a Argentina: Una Noche abrazadora en Arena Sur

    

                                          📷 ELIANA FERNANDEZ

El club Arena sur, ubicado en el barrio porteño de Pompeya se convirtió en la sede del esperado regreso de la banda el miércoles 8 de noviembre. A falta de puntualidad, las puertas del club abrieron para dar la bienvenida al publico 15 minutos antes de la hora pactada, por lo que para las 18:30 ya estábamos todos adentro esperando para que arranquen las bandas invitadas.

La primera en salir al escenario fue la banda local “In element” a las 19hs puntual, dando un show contundente y a la altura de lo esperable. Luego salió al escenario la banda ecuatoriana “Madbrain” a las 19:45 dando una presentación pocas veces vistas, un sonido abrumador y una presencia escénica que nada tiene que envidiar a aquellas bandas legendarias que han pasado la vida sobre los escenarios. Se destaca no solamente la contundencia y la prolijidad en la ejecución instrumental sino también el manejo del público por parte de “Washo” Orellana que logró hacer que el público coree, arengue, haga circles pit e incluso un Wall of death (del que el mismísimo Washo participó).

Para cuando la legendaria banda sueca In Flames incendió el escenario a las 21hs puntual, el público ya estaba en llamas y listos para convertir el campo en una carnicería.

Los músicos hicieron aparición en el escenario, y una lluvia de luces deslumbrantes iluminó a la multitud ansiosa. In Flames hizo su entrada triunfal con "The great Deceived", una elección explosiva que rompió las barreras de la espera acumulada. Los riffs afilados y la voz apasionada de Anders Fridén electrificaron el ambiente, estableciendo de inmediato la intensidad que caracterizaría todo el espectáculo.

El setlist, cuidadosamente elaborado, llevó a la audiencia a través de las distintas eras de In Flames haciendo paradas por casi todos los álbumes que integran sus casi 30 años de trayectoria. Desde los clásicos instantáneos como "Only for the Weak" y "The Quiet Place" hasta las gemas más antiguas y explosivas como "Behind Space", la banda demostró su habilidad para equilibrar la nostalgia con la frescura. Los fans, ya sea que hubieran estado con la banda desde sus inicios o se unieran más recientemente, encontraron algo que los conectó en cada nota.

Aquellos que esperábamos canciones de “Foregone”, su más reciente trabajo discográfico y el principal motivo de la gira, nos vimos extasiados por canciones como “Foregone pt1”, “The Great Deceiver” y “State of Slow Decay”. Tres canciones que suenan excelente en estudio y mejor aún en vivo.

La transición de la melódica y melancólica de canciones como “Foregone pt1” o “The Great Deceiver” a la ferocidad de “I Am Above” y "State of Slow Decay" encapsuló la dualidad única de In Flames. Los solos arremolinados y las letras emotivas se fusionaron con la rabia y la energía pura, creando un contraste que mantuvo a la audiencia en un viaje emocional de principio a fin.

La interpretación de "I Am Above" no dejó a ninguna persona en silencio o quieta, irradió una energía triunfante con su estribillo contagioso, dejando una estela luminosa que perduró incluso después de que la canción concluyó.

Hasta aquí me concentré en todos los puntos álgidos del show dejando de lado los errores y contratiempos. Lo más destacado negativamente fue sin duda que la voz de Anders Fridén no se llegaba a escuchar desde muchos puntos del campo. Durante las primeras 7 u 8 canciones, cada silencio fue utilizado por muchos asistentes para pedir que suban el sonido del micrófono. Esto también desencadenó un malentendido con el mencionado vocalista que aparentemente creyó que lo estaban criticando. Anders dijo en pleno show “Shut up, I'm screem into the fucking mic”. Posteriormente ese problema fue resuelto y la voz comenzó a escucharse mucho mejor.

Otro problema que comentaron muchos asistentes, sobre todo los que se posicionaron frente al vallado, era que la altura del escenario era tal que resultaba incomodo, cansador y doloroso sin mancionar la reducida visibilidad al interior del escenario. Más de uno debió amanecer con torticolis al día siguiente.

En conclusión, el recital de In Flames en el Club Arena Sur fue más que un concierto; fue una experiencia inmersiva en la esencia misma del metal moderno con un setlist diverso, que navegó por las distintas eras de la banda dejando en claro que la banda no solo celebra su legado, sino que sigue evolucionando y desafiando las expectativas.

La combinación de la maestría musical y la entrega apasionada de la banda se tradujo en una comunión entre el escenario y la audiencia. In Flames no solo tocó canciones; desencadenó un incendio musical que consumió al público, dejándolos con la certeza de que el fuego de la banda sigue ardiendo con intensidad.

El público fue testigo de la longevidad y la vitalidad de la banda en la escena del metal. Fue una noche en la que el metal no solo sonó, sino que también se sintió y se vivió en cada acorde y cada grito.

                                                        Por Andrés Ortiz 

                                             📷 ELIANA FERNANDEZ                                             📷 ELIANA FERNANDEZ

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