La guitarra del Tano y el alma de Iorio: un homenaje inolvidable en el Microestadio Malvinas argentinas

 



Las calles de Gutenberg, a la salida de la estación Arata de la línea ferroviaria Urquiza dejaron, hace tiempo, de ser las inmediaciones a shows que veían a grupos numerosos de metaleros posar en sus veredas. El microestadio Malvinas Argentinas vivió su auge hace ya algunos años, donde contó con visitas recurrentes de artistas del género, tanto nacionales e internacionales, y lo volvían un punto de encuentro habitual entre los metaleros. Que rápido se acostumbraron a la calidez de esas previas en la intersección de Gutenberg y Tronador.

El Tano Marciello, todo un prócer a esta altura, organizó 2 exitosos shows en el Teatro Flores, para conmemorar el legado de Almafuerte y de Ricardio Iorio. El 3er show de esta tanda 'limitada' tuvo lugar en el anteriormente mencionado Malvinas Argentinas. 

La idea era un cierre de año lo grande, y vaya que lo sería.

Dada la afinidad del Tano con el tema 'soberanía de Malvinas', no sería una sorpresa que el estadio para este show final hubiese sido elegido en base a eso.

El cronograma decía muy claro que a las 20 hs. la velada daría comienzo con un video especial preparado para calentar las cuerdas vocales de los asistentes. 



En el mismo pudimos apreciar al Tano en un pre-grabado tocando en formato acústico varios temas de la obra del enorme Ricardo. Donde no faltaron alguno que otro de V8 y Hermética.

El Tano confió en que su público iba a estar presente y cantar a todo pulmón cada uno de los temas interpretados en el video. Y su intuición no le falló.

Todo asistente presente, y los que iban ingresando hasta colmar cada rincón del predio, fueron la voz en esos videos instrumentales.

Si bien estaba pactada la salida al escenario del Tano para las 20.45, no fue hasta pocos minutos pasadas las 21 que salió a escena. Luego confesaría que veía fuera mucha gente aún ingresando y quería esperarlos para dar esos primeros acordes.

El setlist arrancó muy fuerte: "El Pibe Tigre", "Mano Brava", "Del Entorno" y " Muere, Monstruo, Muere" tiraron toda la carne al asador y el público cedió fácilmente ante la adrenalina de esa intro!

Un sonido demoledor nos terminaba de embarcar en este viaje nostálgico del que todos seríamos pasajeros. La prolijidad que siempre destacó las performances del Tano nuevamente decía presente y se hacía notar en cada nota ejecutada.

Tras un video con escenas de la guerra de Malvinas, y un fragmento de una radio-conversación entre soldados argentinos en pleno combate, nos embestía el riff de "El Visitante". Al que le seguirían joyas atemporales como "Yo Traigo La Semilla" (primer tema de la noche donde cantó Leo, el bajista, mostrándonos el poder de su voz), "Por Nacer", "Todo Es en Vano Si No Hay Amor" y la melancólica "Sé Vos", donde se verían las primeras lágrimas de la noche a nuestro fallecido padre del Metal nacional.


Terminado esto, la banda del maestro abandona su puesto para un break, donde queda solo el Tano en un silla frente a su micrófono y con una guitarra acústica.

Con ella vendrían "Motivo Ciudadano", "Zamba de Resurrección"; cantada totalmente por el público a pedido del Tano (previamente nos sacó alguna risa con la historia de cuando Ricardo bautizó la canción), y "Mi Credo", donde un video de Ricardo cantándolo apareció en la pantalla trasera, y fueron muchos los que no pudieron aguantar el peso de ese lagrimón.

Para volver al formato eléctrico y, nuevamente con Meli, Leo y Giuliano en escena, se da el inicio de "Pensando en Llegar".

Aquí es donde se da uno de los momentos clave de la noche: la aparición del gran Beto Ceriotti, ex bajista de Almafuerte (luego de una nueva anécota recordada por el Tano sobre su ingreso a la banda), y David Valencia, hijo del fallecido Bin Valencia, ex baterista de Almafuerte (donde también rindieron homenaje a su memoria). 

Ambos invitados ocuparon el lógico puesto de bajista y baterista, y Meli pasó a coros para cantar junto a Leo "Debes Saberlo" y "Patria al Hombro". 

El tsunami de clásicos almafuertes estaba lejos de cesar: seguían "Ceibo", "¿Donde Está Mi Corazón?", Niño Jefe", "Por Ser Yo", "Trillando La Fina"...

Y la nostalgia no solo invadía al público, sino también al mismo Tano, que cada vez que podía se tomaba unos segundos previos a la siguiente canción del setlist para contar el trasfondo de la misma. Como para no entenderlo, muchos de los temas intetpretados no habían sido tocados en muchísimos años.

Un ejemplo es el del clásico "Aguante Bonavena" (tema que siguió en el setlist), donde el Tano nos hizo reír a todos con la historia de la transmisión de Bonavena vs. Clay en plena grabación en estudio. Caso que se suma a la lista de de hits de bandas que nacen de algo tan simple e improvisado.

"Orgullo Argentino", "Dijo El Droguero al Drogador", "1999" y "Triunfo" iban sonando, con el Tano variando guitarras e intercalando voz principal con Leo en ciertos temas.

Le siguieron "Convide Rutero", "Del Más Allá", "Homenaje" (con otra divertida introducción con las ya normalizadas anécdotas sobre el nacimiento del track), "Las Aguas Turbias Suben Esta Vez" y "Hombre Peste", del cual se hizo totalmente responsable echándose la culpa de forma burlona por su composición.

Pasaban los 30 temas del setlist y el Tano nos avisaba que aún quedaba una página más por completar en su machete de escenario. Ahí nos dábamos cuenta que aún estaba lejos el final y que este show planificaba dejar cortos a sus pasadas 2 fechas en Teatro Flores, donde fueron interpretadas 30 canciones.

"De La Escuelita", el cover de "Desencuentro" de Aníbal Troiló, el instrumental "Caballo Negro" en versión eléctrica y el poderío implacable de "La Máquina de Picar Carne". Los solos variaban entre Giuliano y el Tano, el talento sobraba... incluso hicieron el solo de "La Máquina..." al unísono. Sin armonías, dos guitarras tocando las mismas notas una encima de la otra y sonando como una, con una prolijidad totalmente envidiable.

Sonaban "Si Me Estás Buscando" y "Ser Humano Junto a Los Míos" y las luces se apagaban para mostrar un tape de Ricardo recitando el poema "Piu Avanti" en la pantalla trasera del escenario.

Con los aplausos de la gente a la memoria de la eminencia daban inicio a "Almafuerte", "Toro y Pampa" y "A Vos Amigo" cantada al 100% por el público para cerrar el setlist por lo alto. Pero totalmente fuera de la lista impresa, el Tano no quiso dejar el escenario sin regalar a los asistentes un broche de oro a la velada: "Sirva Otra Vuelta Pulpero", seguido a una merecidísima ovación del público.

Dando como resultado un show con 40 canciones y casi 3 hs y media de duración!

El fallecimiento de Ricardo sigue doliendo aún a día de hoy y muchos no queremos caer en la realidad de que ya no está entre nosotros. Pero si algo nos demostró esta noche el Tano, es que hay que festejar su vida y obra de esta manera, al son de toda la música que nos brindó.


Crónica: Agustín López 

Fotografías: Santiago Ruiz

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