La devastación según Dark Angel — Thrash metal quirúrgico en Uniclub

La noche del jueves 21 de marzo se cumplió el sueño que muchos "Thrashers" venian pidiendo desde hace decadas. Dark Angel finalmente pisó suelo Argentino y esa noche será recordada como una ceremonia de intensidad desbordada y precisión letal. 


Lo que inicialmente iba a realizarse en el Teatro de Flores, finalmente se trasladó a Uniclub, un espacio más reducido pero con una acústica que, en esta ocasión, acompañó con creces la potencia sonora. Aunque las puertas estaban previstas para las 18hs, un retraso en la apertura generó una reprogramación que impactó en los horarios de todas las bandas teloneras. Sin embargo, ese obstáculo no opacó el desempeño de las agrupaciones nacionales que, una tras otra, mostraron un nivel admirable de ejecución y entrega.


La previa: cuatro actos de thrash local con identidad propia

La apertura estuvo a cargo de Zarkas, quienes a pesar de contar con un tiempo reducido lograron calentar los motores de un público que ya comenzaba a llenar la sala. Su propuesta directa, con riffs sólidos y actitud, dejó una grata impresión.




Luego fue el turno de Frantic, quienes hicieron del thrash más veloz su bandera. Con temas como Asesinato en el Mosh, lograron arrancar los primeros movimientos en la pista. Sus letras combativas y su presencia escénica dejaron en claro por qué son una de las promesas más firmes del under.





Manifiesto, por su parte, trajo un enfoque más oscuro y denso. Canciones como Lento descenso a la oscuridad aportaron una dosis de dramatismo bien equilibrada, con pasajes más lentos y pesados que enriquecieron el espectro sonoro de la jornada.




La frutilla del postre entre los nacionales fue sin dudas Tugsteno. Con un público ya encendido, descargaron una batería de temas como Vino y velocidad, Régimen de violencia y Escuadrón del thrash, desatando el pogo más intenso de la noche previa al plato fuerte. Su potencia fue tan aplastante que el momento más incómodo no fue musical, sino organizativo: cuando su vocalista intentó anunciar la última canción, la producción cortó abruptamente su tiempo en escena. A pesar del mal trago, Tugsteno se consolidó como una banda arrolladora, con una conexión genuina con el público.





Dark Angel: la maquinaria se activa

A las 22:15, aproximadamente, Dark Angel hizo su ingreso. Lo que vino después fue una clase maestra de thrash metal técnico, veloz y brutal. La apertura con Time Does Not Heal fue una declaración de principios: precisión matemática, voces rugientes y una ejecución demoledora. Le siguieron Never to Rise Again y No One Answers, manteniendo el ritmo y elevando la tensión del público con cada corte.

The Burning of Sodom funcionó como detonante para un nuevo mosh masivo, mientras que Extinction-Level Event, uno de los nuevos temas, dejó en claro que la banda no solo vive de su pasado. El riff intrincado y la intensidad constante fueron recibidos con devoción por la audiencia.

El bloque medio incluyó clásicos como Merciless Death y The Death of Innocence, que reafirmaron el dominio absoluto del escenario por parte de Gene Hoglan, cuya batería fue tan exacta como salvaje. La otra gran sorpresa de la noche fue Circular Firing Squad, otra nueva canción que confirmó el excelente presente compositivo de la banda.

Hacia el final, temas como Hunger of the Undead y Darkness Descends marcaron los momentos más emotivos. Antes de esta última, Ron Rinehart dedicó unas sentidas palabras al fallecido Jim Durkin, guitarrista y fundador de la banda. Fue uno de los momentos más humanos de la noche, donde la velocidad cedió lugar al respeto.

Pero la noche no fue solo épica: también hubo tensión. Durante el show, un fan que realizaba crowd surfing golpeó accidentalmente el pedalboard de Laura Christine, nueva guitarrista y esposa de Hoglan. El sonido de su guitarra se interrumpió unos instantes y generó miradas incómodas entre los músicos, pero rápidamente resolvieron el problema y continuaron con fuerza redoblada.

El cierre con We Have Arrived y Perish in Flames dejó a Uniclub envuelto en sudor, distorsión y euforia. A pesar de los contratiempos técnicos y logísticos, Dark Angel demostró estar más viva que nunca, tocando con una precisión quirúrgica y una entrega total. Fue una noche donde el thrash metal no solo se escuchó: se respiró, se sintió y se sobrevivió.





Crónica redactada por Ortiz Andrés 

Fotografías tomadas por Vinnie Blackstorm

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