Fantasía y Folk metal. El hechizo de Celtian en Argentina


El domingo 26 de octubre, mientras el país salía de una jornada electoral y la ciudad empezaba a recobrar su ritmo, El Teatrito abrió sus puertas a las 18:30 en punto para recibir una de las noches más esperadas del año por los amantes del folk metal: Celtian desembarcaba en Buenos Aires con su tour Secretos de Amor y Muerte.



Una previa con sello Argentino

El público, paciente pero expectante, empezó a poblar la sala apenas unos minutos antes del arranque. A las 19:00 en punto, los encargados de romper el hielo fueron los locales Tándem, que ofrecieron una media hora intensa, directa y precisa con un setlist compacto pero muy prolijo. Su show sirvió para encender el ambiente y preparar el terreno para lo que vendría.

Poco después, a las 19:45, fue el turno de Barloventos, una banda que entiende como pocas la conexión entre el mar, la mística y el espíritu pirata. Con temáticas marítimas, humor y teatralidad, su setlist —con temas como Las brujas del mar, El código pirata y Motín de mediodía— mantuvo un pulso constante entre lo narrativo y lo potente, sumergiendo al público en un viaje de aventuras y leyendas marinas que destacaron por su dinamismo y una interpretación convincente que encendió al público. Su vocalista, con un carisma notable, supo manejar los tiempos y la interacción con la gente, consolidando uno de los sets más divertidos de la noche.

Tras una breve pausa, subió al escenario Inazulina, tercera y última banda nacional antes del plato fuerte. Su propuesta se movió entre la elegancia del metal sinfónico y una estética gótica bien trabajada. “Amor brujo”, “Anoche” y “Lux Voice” sonaron impecables, y su cantante se llevó varios aplausos por una interpretación sentida y potente.

Canciones como Seductive Pain y Spirit of the Sea mostraron un notable trabajo vocal y una instrumentación cuidada, que generó momentos de clímax y recogimiento por igual, demostrando gran técnica vocal y una atmósfera envolvente. 


Fue un cierre de teloneros de lujo que dejó la mesa servida para lo que venía. Su show, de media hora, aportó un contraste sonoro ideal antes de la irrupción de Celtian.

El hechizo de Celtian



Finalmente, a las 21:30, con la sala completamente colmada y las luces bajando lentamente, Celtian irrumpió en escena. La banda madrileña, formada en 2017 por el flautista y compositor Diego Palacio, se ha consolidado como una de las propuestas más frescas y talentosas del folk metal europeo contemporáneo. Su sonido, una mezcla equilibrada de metal sinfónico, música celta y pasajes acústicos, se vio reflejado en un setlist que recorrió sus tres álbumes de estudio: “En tierra de hadas” (2019), “Sendas de leyenda” (2021) y “Secretos de amor y muerte” (2023).


Desde los primeros acordes de Profecía, quedó claro que no se trataba de una experiencia inmersiva. La potente voz de Xana Lavey, desplegó un sonido impecable que alternó entre lo épico y lo emotivo, entre la dulzura de los arreglos celtas y la energía del metal contemporáneo.

El setlist recorrió gran parte de su discografía, con joyas como Sueños de cristal, Renacer y Tu hechizo que hicieron vibrar a un público que no dejó de corear ni un solo verso. Hubo momentos de pura magia con Molly Bawn y Lágrimas de cera, donde la banda bajó la intensidad para dejar espacio a la emoción colectiva, y otros de furia y celebración, como Caricia mordaz y Oh, Catarina.


Canciones como “Solsticio de Dríade” y “Hasta el final” reforzaron el costado melódico y espiritual del grupo, con pasajes de violín que recordaron a la tradición del folk irlandés fusionado con una base moderna y metalera.



La intensidad creció con “Nueva era”, canción coreada con entusiasmo por un público que no solo conocía el repertorio, sino que vivía cada verso como una declaración emocional.


El cierre, con Serena y En tierra de hadas, fue un broche perfecto: un viaje sonoro que unió fantasía, folk y una conexión humana genuina entre banda y audiencia. Celtian no solo trajo su música, sino una historia: la de un grupo que, desde España, logró cruzar océanos y encontrar en Buenos Aires un público entregado, diverso y profundamente emocionado.


Cuando las luces se encendieron y los últimos acordes se disiparon, quedó flotando en el aire la sensación de haber vivido una noche en la que la realidad se mezcló con la leyenda, y el espíritu de las hadas encontró su lugar, aunque sea por unas horas, en el corazón del metal argentino.


Un cierre a la altura de las expectativas

El sonido fue nítido, la mezcla equilibrada y la iluminación acompañó cada clímax con precisión. Celtian ofreció un espectáculo maduro, profesional y emocionante, demostrando que su propuesta trasciende modas: es una experiencia que combina virtuosismo, narrativa y sensibilidad.


El público argentino, apasionado como pocos, respondió con una entrega total, coreando, aplaudiendo y celebrando cada nota. Para muchos, fue una oportunidad única de ver a una de las bandas más importantes del folk metal español en plena forma.

Con “Secretos de amor y muerte”, Celtian confirma su crecimiento y su proyección internacional, y Buenos Aires fue testigo de una noche donde la fantasía se hizo carne, y el metal, una vez más, un puente entre mundos.


Crónica redactada por Ortiz Andrés

Fotografías por Gillón Romina

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