Review de DVRK, Rotten Sound y Crypta en Uniclub
El viernes 21 de noviembre, Uniclub volvió a teñirse de oscuridad para recibir el combo explosivo de metal francés con DVRK, los finlandeses Rotten Sound con todo su grindcore y el death metal avasallante de Crypta. Una noche que prometía caos, técnica y velocidad, y que terminó entregando exactamente eso, en grandes cantidades como para dejar satisfechos a todos los fans.
La jornada abrió con DVRK, banda francesa que viene consolidando un sonido moderno, entrelazando metal extremo con pinceladas electrónicas. El set comenzó unos minutos más tarde de lo programado, retraso que luego arrastraría toda la grilla. La banda entró decidida a ganarse al público desde el primer golpe de bombo, pero el volumen desproporcionado jugó en su contra: la mezcla terminó saturada, perdiendo definición en guitarras y voces y apagando algunos matices electrónicos que suelen funcionar como sello del grupo.
Pese a ello, el desempeño escénico fue sólido. La banda se mostró segura, conectada, físicamente comprometida con cada breakdown y cada pasaje atmosférico. La recepción del público fue positiva, aunque contenida: el sonido excesivo impidió que se apreciara con claridad la propuesta.
El show cerró unos minutos más tarde de lo previsto, estiramiento que obligó a que el siguiente acto arrancara contra reloj.
Rotten Sound: 20 latigazos en 45 minutos de violencia pura
A las 20:50 aproximadamente, 20 minutos después del horario pautado, Rotten Sound salió a escena para desatar una tormenta de grindcore finlandés que convirtió a Uniclub en un torbellino. Con 20 canciones en apenas 40–45 minutos, el setlist fue una ametralladora ininterrumpida donde cada tema era una bomba que explotaba apenas terminaba la anterior.
Lo primero que llamó la atención fue la ausencia de bajista, decisión frecuente en algunas etapas de la banda, pero que esta vez dejó el sonido un poco más “afilado” pero no menos denso en las frecuencias bajas. El ataque fue devastador: la batería funcionó como un taladro industrial, la guitarra como sierras neumáticas, y la voz demoníaca mantuvo el espíritu grindcore intacto.
Pese al ritmo acelarado, hubo espacio para una excelente interacción con el público. Rotten Sound mantiene esa cualidad particular: pueden sonar como una fábrica incendiándose, pero entre tema y tema transmiten carisma, cercanía y humor seco nórdico, generando un contraste llamativo con su violencia sonora.
El set estuvo muy equilibrado: hicieron 6 temas de Apocalypse, su disco más reciente, 3 de Abuse to Suffer, 3 de Exit, 3 de Murderworks, 2 de Cursed, 1 de Cycles, 1 de Species at War, y el estreno del nuevo tema del EP Mass Extinction, “Brave New World”.
La rapidez, precisión y ferocidad con la que ejecutaron la lista completa dejó claro por qué Rotten Sound sigue siendo una institución dentro del grindcore: En menos de una hora, destruyeron todo a su paso.
Crypta: Un show que justificó cada minuto de espera
A las 22:00, media hora después del horario estipulado, finalmente se apagaron las luces y Crypta tomó el escenario. Aunque el retraso acumulado podía haber afectado el clima del público, sucedió todo lo contrario: la sala estalló apenas sonaron los primeros golpes del set.
Lo que siguió fue una clase magistral de death metal moderno, ejecutado con una madurez escénica llamativa para una banda con tan pocos años de trayectoria. Con una presencia cada vez más consolidada a nivel internacional, Crypta demostró que no solo viene creciendo: viene arrasando.
La figura más dominante de la noche fue sin duda Fernanda Lira. Su despliegue vocal —rasposo, profundo, perfectamente colocado— se combinó con una ejecución precisa en el bajo. Más allá de lo estrictamente técnico, lo que terminó de elevar su performance fueron sus expresiones, el lenguaje corporal, la forma de componer la escena.
Luana Dametto no se quedó atrás... Detrás de una mirada calma, fría y concentrada, nos regaló Blast beats prolongados y limpios, fills rápidos y claros, y un timing impecable, sin un solo tropiezo incluso en los tramos más veloces.
Como guitarrista líder, Tainá Bergamaschi se lució con una técnica impecable, combinando una técnica pulida —tapping limpio, alternate picking firme y un vibrato expresivo pero controlado— con un sentido del fraseo melódico que le otorga identidad propia a cada solo. En vivo, su presencia escénica suma un componente adicional: firme, concentrada, sin sobreactuar, deja que la guitarra hable por ella. Durante los temas más emblemáticos de la noche, especialmente Trial of Traitors y Lord of Ruins, su trabajo brilló con fuerza, elevando la intensidad de la banda.
Helena Nagagata, La nueva integrante detrás de la guitarra rítmica, por su parte, disipó cualquier duda: está totalmente a la altura. Sus partes fueron ejecutadas con gran precisión, y supo equilibrarse con el resto sin perder presencia.
El setlist fue una montaña perfecta de violencia con un total de 13 canciones que recorre sus 2 álbumes. En total hicieron 8 temas de Shades of Sorrow y 5 temas de Echoes of the Soul. Un recorrido que permitió apreciar la evolución de la banda desde sus bases más tradicionales hasta la identidad más melódica, oscura y elaborada de su último trabajo.
Temas como “The Outsider”, “Trial of Traitors” y “Lord of Ruins” fueron puntos particularmente altos, mientras que “Dark Clouds” y “From the Ashes” cerraron con ese equilibrio entre melodía y ferocidad que ya se está convirtiendo en marca registrada de Crypta.
Esta fecha en Uniclub fue una muestra extra de que esta venue se está convirtiendo en un santuario para los recitales extremos, una segunda casa para quienes apreciamos las fechas de Death, Thrash, Black, etc. Dónde productoras como Noiseground se la juegan por traernos bandas de altísimo nivel desde muchos puntos del mapa.
Crónica por: Ortiz Andrés
Fotografías por: Vallejo Leandro













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