¿Por qué no podés perderte Death to All con Destruction?
Si sos fan del metal extremo —o simplemente te sentís un poco atraído por el género—, un show así es una cita imperdible, una clase magistral en vivo sobre cómo la música puede evolucionar, conmover y dejar una huella indeleble. Acá te explico, punto por punto y con detalles, por qué tenés que estar ahí SI o SI. Pero Antes que nada, vamos a empezar con una muy breve reseña histórica de ambas bandas:
Death to all
Fundada en Florida a mediados de los años 80 por el guitarrista y compositor Chuck Schuldiner, Death es considerada la banda pionera y más influyente del death metal. Desde sus primeros discos —Scream Bloody Gore y Leprosy— hasta obras maestras como Spiritual Healing y Symbolic, Death redefinió los límites del género con una mezcla de brutalidad, técnica y profundidad filosófica. Su evolución marcó el camino para innumerables bandas posteriores, estableciendo el estándar del metal extremo moderno.
Tras el fallecimiento de Schuldiner en 2001, los miembros sobrevivientes y músicos cercanos crearon Death to All, un proyecto tributo que mantiene vivo su legado interpretando su obra con respeto y excelencia.
Destruction
Originarios de Alemania, Destruction es una de las cuatro grandes bandas del thrash metal teutón (Big Four), junto a bandas de la talla de Kreator y Sodom. Formados en 1982, fueron parte esencial de la explosión del thrash europeo, destacándose por su velocidad, agresividad y actitud contestataria.
Con discos clásicos como Infernal Overkill, Eternal Devastation y Release from Agony, Destruction ayudó a moldear la estética que luego influenciaría directamente al death metal y al black metal. Su sonido sigue siendo crudo, técnico y abrasador, y su presencia escénica, liderada por Schmier (bajo y voz), continúa demostrando por qué son una leyenda viva del metal extremo mundial.
Ahora sí. Te cuento por qué no podes perderte este encuentro:
Dos discos clave, dos hitos en la evolución del death metal
Spiritual Healing (1990) marcó un quiebre en la carrera de Chuck Schuldiner y de la propia estética del death metal. Lejos de la fijación por lo gore de los primeros discos, Spiritual Healing mostró a una banda que empezaba a mirar hacia temas sociales, psicológicos y éticos, y a incorporar grooves más claros y arreglos que ampliaban el espectro del género. Fue un paso hacia una mayor madurez lírica y compositiva.
Symbolic (1995) es, para muchísima gente, la cumbre técnica y expresiva de Death: composiciones más complejas, melodías más trabajadas, armonías y climas que balancean brutalidad y lirismo. Symbolic puso en evidencia cómo el death podía ser a la vez agresivo y sofisticado, y sigue siendo referente obligado para músicos que estudian estructura, fraseo y dinámica en metal extremo.
Celebrar ambos discos en vivo ya valen de por sí, el valor de la entrada.
Es un tributo vivo a Chuck Schuldiner y al legado de Death
Death to All —como proyecto y como gira— funciona como plataforma para mantener viva la obra de Chuck y para que viejas y nuevas generaciones la experimenten en directo. Ver esos discos interpretados en su integridad o con un foco especial sobre ellos no es nostalgia vacía: es un acto de transmisión cultural.
En el contexto de un show así se produce una comunión única: veteranos reverenciando lo que los formó y jóvenes descubriendo de primera mano por qué Death sigue dando cátedra tras más de 20 años sin Chuck en este plano.
La experiencia musical en vivo eleva las canciones a otro territorio
Los discos se escuchan de una manera; en vivo, las mismas canciones adquieren otra dimensión: los matices rítmicos se sienten en el pecho, los solos ganan músculo, las texturas orquestadas se vuelven palpables. Además, cuando músicos que conocen la historia —muchas veces excompañeros o colegas de la escena— se aproximan a estas canciones, el resultado suele ser una mezcla de fidelidad y reinterpretación que no se consigue en ningún otro formato.
Formato conmemorativo = setlist pensado y emocionalmente cargado
Un show conmemorativo de Spiritual Healing y Symbolic no es un repaso al azar: suele estar armado con criterio, poniendo en primer plano la progresión narrativa y musical de los discos. Eso garantiza momentos de alta intensidad, de reflexión y de catarsis colectiva.
Educación y descubrimiento: ideal para fans nuevos y veteranos
Para quienes todavía no conocen a fondo la discografía de Death, este tipo de shows funcionan como una introducción directa y visceral. Para los fans de toda la vida, es la oportunidad de volver a vivir los discos en un contexto comunitario, con historias, anécdotas y, a veces, invitados o músicos que aportan memoria viviente.
La presencia de Destruction suma un valor estratégico y artístico enorme
Incluir a Destruction (la leyenda del thrash alemán) como banda acompañante no es una elección menor:
Ver a ambas formaciones en la misma noche es ver dos ramas de un mismo árbol extremo compartiendo el escenario. Destruction atraerá a los puristas del thrash; Death to All atraerá a los devotos del death técnico. Juntos, amplían la convocatoria y garantizan una atmósfera donde el respeto por la historia del metal es transversal.
Un show con dos nombres de tanta jerarquía aumenta el valor artístico y testimonial del evento. Eleva la calidad del cartel y es una declaración sobre la salud del metal extremo.
Recomendaciones para aprovechar al máximo la fecha:
Escuchá los discos antes del show: volver a Spiritual Healing y Symbolic en las semanas previas te permitirá captar los detalles y reconocer los guiños en vivo.
Llegá con tiempo: este tipo de conciertos suelen tener merchandising especial que se agota rápido.
Prepará la garganta y el ánimo: habrá momentos para el mosh pero también pasajes para corear y emocionarse.
Leé la historia: informarte sobre el contexto en que se publicaron los discos (sus letras, cambios de formación, producción) multiplicará tu disfrute.
Conclusión ¿por qué esta fecha es histórica?
Un show que celebra 35 años de Spiritual Healing y 30 de Symbolic no es sólo una salida de fin de semana: es una ceremonia pública del metal, una lección de historia y una entrega artística. Sumale la potencia y la legitimidad de Destruction en el cartel y obtendrás una noche que resume por qué el metal extremo sigue vivo: por su capacidad de renovarse, de interpelar y de reunir a distintas generaciones en torno a riffs, ritmos y luchas compartidas.
Si apreciás la técnica, la honestidad y la historia del género —y si te late la idea de ser testigo de un evento que muchos recordarán dentro de años—, esta es una cita que no podés dejar pasar.
Redactado por: Ortiz Andrés.




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